lunes, diciembre 27, 2010

Yarrrrr!

Apócrifo, uno de cada dos libros en México. Supuestamente leerlos marea, están mal impresos y provocan pérdidas millonarias. Y no dan paso sin huarache: puro best-seller y texto de la primaria.

¿Por qué pasa esto? Porque los libros son estúpidamente caros.

Sí, sabemos que tienen que pagar regalías, bla bla bla. Una copia fotostática se puede conseguir en 25 centavos. Es seguro suponer que una impresión offset puede costar la mitad — 12 centavos. La famosa Guía Práctica para 6° tiene 400 páginas, supongamos un costo de 50 pesos. ¿Su valor comercial? 205 pesos. ¿No le pierden?

Como siempre los lavacocos de los derechos de autor alegan pérdidas millonarias. Bonita evasión de impuestos que deben estar haciendo, declarando las ventas de la competencia como pérdidas en su negocio. Más razón para optar por la piratería. Incluso si desaparecieran los libros piratas, la realidad es que la gente no tiene para pagar los libros de texto a precio completo, y los va a comprar usados.

En cuanto a las novelas, igual podrían estar rellenas de periódico cortado a la medida, la gente ni las lee. Y luego nada más se queman como cuando comentaban de cómo Robert Langdon usa su GPRS para navegar la ciudad. Y yo uso mi Wi-Fi para picar cebolla sin llorar.

La industria disquera por fin está haciendo algo sensato para combatir a la piratería: 4 discos de Fobia por 261 pesos. No traen librito ni nada, pero al menos es una alternativa, 65 pesos por un disco original es una suma razonable.

Supongo que es una de cal por las que van de arena. El nuevo catálogo de remasters de The Beatles ya está en la iTunes Store. En lossy. Un robo a cualquier precio. Yo elegí la manzana con las copias digitales, y me la dejaron a mitad de precio porque se le había caído el rabo a la manzana — de todas formas muchas manzanas nuevas venían así porque el empaque le queda un poco corto. Con audio de 24-bit, un CD se queda corto. Y sin doce estorbos más a la pila inagotable de discos con los cuales chocar cuando te paras a media noche al baño y se te caen en los pies descalzos.

La única forma de acabar con la piratería es ofrecer un producto de calidad superior. Los DVDs —tanto originales como piratas— están en decadencia gracias al Blu-ray, y ahora puedes comprar box-sets de Star Wars (episodios 1-3 o 4-6) o Lord of the Rings (ediciones extendidas especiales que ocupan 2 discos cada una y con 6 discos de material adicional) en menos de 400 pesos. Y no le pierden.

Yo cambiaba mis blurays en el tianguis cuando un BD nuevo costaba 350 y el cambio costaba 20. Ahora un BD cuesta 200 y el cambio 100, ya no cambio los BD en el tianguis, mejor me espero a que estén de oferta.

Por otro lado yo os aseguro que compraría CDs (y DVDs) originales más seguido ¡¡¡si tan solo los vendieran!!! Hay un chingo de discos que quiero comprar y nunca encuentro. Por ejemplo, Scenes from a Memory, de Dream Theater, que varias veces he ido al Mixup y se supone que lo tienen… pero nunca lo tienen en ese momento.

Personalmente sí siento anti-ético comprar productos piratas, así que mejor los busco gratis en el Megaupload.

2 comentarios:

  1. Es la misma historia con cada generación y degeneración de audio o video. ¿Recuerdas cuando la legendaria venta online del In Rainbows? No sé si tú o tu carnala lo compró por una cantidad sólo un poco por debajo de lo que se hubiera esperado a la venta y no sólo le mandaron los discos y el booklet, sino también un o unos viniles y no sé que tanta mamada. Claro que vale la pena.

    Y en esta era de la tinta electrónica que está más disponible y dispuesta con sistemas de préstamo de parte de Amazon, lo sencillo que es hacer copias comerciales de casi cualquier material de multimedios y las portabilidades entre un sistema y otro no queda más que esperar la inminente transición de la era del Todo Gratis a la del Pago Justo. Lo mismo aplicará para software incluído el de videojuegos.

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  2. A mí lo que me defeca es que digan que la piratería causa "pérdidas millonarias". Como si de veras los que compraron pirata hubieran tenido plan/posibilidades de comprar original. Y los libros de por sí son un desperdicio de papel — es muy sabroso leer un libro, pero es inevitable que los datos en ellos contenidos son obsoletos, además de que en muchos casos son poco portátiles.

    Y los libros de la escuela son un caso particularmente patético. Los editores (al igual que la RIAA y sus equivalentes locales (Amprofon)) quieren sacarle huevos de oro a una gallina que ya pasó por la olla express.

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