sábado, diciembre 03, 2005

Bull's eye, eagle's eye

Mi parte favorita de los lentes de contacto es ver las estrellas como deben verse: sencillas, no dobles ni triples. La parte que menos me agrada es que se me cansan los ojos más rápido que con las gafas - con ellas me cansaba después de todo el día y parte de la noche, y me dolían los ojos. Con los lentes a las seis horas ya las ando dando. Ya me los había quitado pero decidí ponérmelos antes de ir a casa, y resultó ser una sabia decisión. Al estar por llegar me di cuenta que dejé mis llaves en casa de mi chica, primera vez que me pasa algo así. Ni modo, tendrán que sufrir en mi casa cuando toque el interfón. Pero oh, sorpresa: algún ojeche (probablemente la administradora del edificio) decidió que hoy no habría luz de áreas comunes, ergo no había ni alumbrado ni interfón. Shit!! Para mi buena fortuna traía puestos los lentes. Ellos me ayudaron a encontrar guijarros en los jardines a pesar de la obvia obscuridad, a no tomar por error caracoles -que hay un chingo y nunca los había visto- y, lo más importante, a acertar el lanzamiento de piedra en la ventana de mi carnalita para que me botara sus llaves. Vivo en el tercer piso, la distancia era de unos ocho metros, la ventana mide 1.4 m². Sin lentes le habría dado a todas las ventanas de los vecinos antes de darle a la correcta. Me doy miedo.