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Hay veces que queremos decir algo y no sabemos cómo hacerlo. Hay veces que tenemos a alguien especial y no sabemos cómo hacérselo saber... El tiempo pasa tan rápido, cambiando todo a su paso. Y nosotros nos perdemos en él, como lo planteara Borges (¿sí fue él?) en el cuento aquél donde un hombre se sienta en una banca y se encuentra al que sería el mismo hombre pero de años atrás, una persona distinta. Incluso dicen que nuestras circunstancias cambian por completo cada 10 años, incluyendo amigos casuales, lugares que frecuentamos y cosas así. Puedo recordar lo que pasaba por mi mente hace un año, lo que sentía. Y no lo lamento por los ratos alegres, por las sonrisas que pude arrancar a mis amigos... lo que me preocupa son las lágrimas que también pude arrancar sin quererlo así. Ni el abrazo más cálido que mis esqueléticos brazos pudieran brindarte me basta para decirte cuánto te quiero, para ofrecerte las disculpas que mereces... y es que esas cosas no se borran en un instante. Lamentablemente hoy estoy en una situación en la que a veces siento que mi propia presencia es suficiente para causar estragos en el corazón de quien más quiero, que me encuentro acorralado entre jugar al escondite o hacer el papel de traidor. Y es que a pesar de todo lo que he dicho, se trata de alguien que hace que el corazón me lata fuerte cuando le veo llegar, o si toma mi mano, o me abraza... Y es que ha sido una situación tan... supongo que normal, cada cosa me parece tan rara que la peculiaridad es normal. Creo que los dos nos hemos hecho daño, quizá alguna vez con intención pero lo dudo. Espero que sepas lo especial que eres para mí, que te valoro por lo que eres y no por lo que haces, aún si no te conozco tanto como quisiera, y que pueda hacerte saber lo que siento por ti en cada cosa que hago porque las únicas palabras que me faltan son las acertadas...